Un
equipo de astrónomos ha descubierto una auténtica catástrofe en un
planeta situado a 63 años luz de la Tierra. En una observación sin
precedentes, el telescopio espacial Hubble ha captado cómo la atmósfera de este mundo se evapora después de que su estrella le enviara una potentísima radiación de rayos X. La nube de gas sale disparada a 1.000 toneladas por segundo. La investigación aparecerá publicada en la revista Astronomy & Astrophysics.
Los
científicos, dirigidos por el astrónomo Alain Lecavelier des Etangs,
del Instituto de Astrofísica de París, observaron la atmósfera del
exoplaneta HD 189733b durante dos períodos a principios de 2010 y a
finales de 2011.
Este
exoplaneta tiene un cielo azul, pero ahí es donde se detienen las
similitudes con la Tierra. Se trata de un gigante gaseoso similar a
Júpiter, pero un 14% más grande y más masivo. Se encuentra muy cerca de
su estrella, a una distancia 30 veces menor de la que separa la Tierra
del Sol. A pesar de que su estrella es ligeramente más pequeña y fría
que la nuestra, esta cercanía hace que el clima del planeta sea excepcionalmente caluroso, por encima de 1.000 grados centígrados. Sin embargo, ese calor habitual no es suficiente para que la atmósfera salga disparada hacia el espacio.
«La
primera serie de observaciones fueron realmente decepcionantes -dice
Lecavelier- ya que no mostraban ningún rastro de la atmósfera del
planeta en absoluto. Sólo nos dimos cuenta que habíamos dado con algo
más interesante durante la segunda serie de observaciones».
En efecto, las observaciones realizadas en 2011 mostraban un cambio muy fuerte en la atmósfera, con claros signos de que una nube de gas salía del planeta a una velocidad de al menos 1.000 toneladas por segundo.
«No solo confirmamos que algunas atmósferas de planetas se evaporan,
sino que observamos cómo variaban las condiciones físicas de la
atmósfera durante la evaporación. Nadie había hecho eso antes», dice el
científico.
Los
investigadores creen que la evaporación se produjo por una intensa
radiación de rayos X y luz ultravioleta extrema de su estrella, una
radiación aproximadamente 20 veces más potente que la de nuestro Sol.
Teniendo en cuenta que HD 189733b está tan cerca de su estrella, la dosis de rayos X fue 3 millones de veces superior a la que recibe la Tierra.
A decenas de miles de grados
«Las
emisiones de rayos X son una pequeña parte de la producción total de la
estrella, pero es la parte que tiene energía suficiente para impulsar
la evaporación de la atmósfera», explica Peter Wheatley, de la
Universidad de Warwick, en Reino Unido, uno de los coautores del
estudio.
Los rayos X tienen son tan energéticos que pueden calentar el gas en la atmósfera superior a decenas de miles de grados, lo suficientemente caliente como para que escape de la atracción gravitatoria del planeta gigante.
Un proceso similar ocurre, aunque de manera menos sensacional, cuando
una llamarada solar golpea la ionosfera de la Tierra, interrumpiendo las
comunicaciones.
La
investigación tiene relevancia no solo para el estudio de planetas
similares a Júpiter. Varios descubrimientos recientes de supertierras
rocosas cerca de sus estrellas parece indicar que éstas pueden ser los restos de planetas como HD 189733b después de la evaporación completa de sus atmósferas.