Científicos rusos dicen haber hallado un gigantesco depósito de diamantes
en un cráter formado por un meteorito en Siberia. El tesoro natural fue
descubierto en los años 70, pero no fue explotado y se mantuvo en
secreto hasta después del colapso soviético. Algunos de los diamantes
son dos veces más duros que los convencionales,
por lo que podrían tener un gran valor para la industria tecnológica,
aunque nunca nadie los lucirá en el dedo anular; los investigadores ya
han advertido de que no están destinados a joyería.
La rama siberiana de la Academia de Ciencias de Rusia señaló que el cráter Popigai,
un enorme agujero de 100 kilómetros de diámetro -el séptimo cráter de
impacto más grande del mundo- en el este de Siberia, contiene millones de quilates de
los conocidos como diamantes de impacto, una cantidad descomunal.
Nikolai Pokhilendo, director del Instituto Geológico en Novosibirsk,
señaló a la agencia de noticias RIA Novosti que los diamantes tienen
otras formas moleculares de carbono. Podrían ser el doble de duros que
los diamantes convencionales y, por tanto, resultar revolucionarios para su uso en la industria tecnológica.
De igual forma, cree que no supondrán ninguna alteración en el mercado
mundial de diamantes, ya que no son indicados para joyería.
La
extraordinaria dureza de los diamantes puede ser debida a las
condiciones ocurridas durante el impacto del meteorito hace 35 millones
de años, por la enorme presión y las altas temperaturas durante el choque. Los investigadores realizarán nuevos estudios para conocer el valor económico y científico del hallazgo.