En septiembre de 2010, la historia de Christian Kandlbauer sorprendió al mundo. En un grave accidente, una descarga eléctrica de 20 mil voltios le inutilizó las manos, pero la ciencia se las devolvió.
Recibió un implante de brazos biónicos de alta sensibilidad , capaces de sostener una pelota de tenis y dotada de microsensores que se podían accionar apenas con “la fuerza de su pensamiento”.
A dos años de aquella hazaña científica, otro hombre, que dice sentirse ahora como Terminator (el héroe robótico del cine), es el protagonista de otro hito tecnológico. Se trata de Nigel Ackland, un obrero que hace cinco años trabajaba en una empresa de fundición de metales y que perdió su antebrazo derecho en un accidente laboral. Su vida cambió con el implante de una prótesis de alta tecnología que le ha permitido recobrar los movimientos de una mano real.
Nigel Ackland tiene 53 años y con su nuevo brazo puede manipular un mouse |
Con los dedos de la prótesis se puede sostener huevos o romperlos para cocinar |
Sus sensores le permiten al obrero inglés servirse una bebida sin quebrar la botella |
Con este nuevo aporte, el Grupo RSLSteeper quiere expandir sus prótesis y hacerlas accesibles a personas de bajos recursos. Su precio fluctúa entre los 25 y 35 mil dólares.
La mano biónica tiene un agarre con el que se pueden manipular piezas pequeñas y apilarlas |