El meteorito de 17 metros que ayer dejó más de 1.100 de heridos en la provincia rusa de Cheliabinsk, en los Urales, liberó una energía de 500 kilotones, una treintena de veces superior a la bomba atómica de Hiroshima, según informó la agencia espacial de Estados Unidos (NASA). "Un evento de esta magnitud ocurre una vez en 100 años como promedio",
señaló Paul Chodas, colaborador del programa de objetos cercanos a la
Tierra en el laboratorio de propulsión a chorro de la NASA.
"Cuando una bola de fuego es de ese
tamaño, numerosos meteoritos pueden alcanzar la superficie y es
probable que en este caso lo hayan hecho varios de gran tamaño", dijo.
Los datos infrasónicos recogidos indican que la caída del bólido, desde
su entrada en la atmósfera hasta la desintegración, duró 32,5 segundos, y
su señal fue recogida por once de las 45 estaciones de seguimiento
situadas en 35 países. Su trayectoria, no obstante, fue muy diferente a la del asteroide 2012 DA14 que algunas horas después pasó cerca de la Tierra, por lo que los científicos descartan la relación entre ambos.
Expertos del Ministerio ruso de Emergencias siguen buscando fragmentos del bólido que, según una hipótesis, pudo haber caído en el lago Chebarkul,
cerca de Cheliábinsk. Un grupo de seis buzos se encargará de comprobar
esta versión en las próximas horas, comunicó la portavoz de Emergencias,
Irina Rossius, a la agencia oficial de noticias rusa, RIA Novosti. El
Ministerio de Emergencias ruso estima que los heridos alcanzan los
1.145, en su gran mayoría leves, aunque 50 personas necesitaron
hospitalización, entre ellas, una mujer de 52 años con la fractura de
dos vértebras que ha sido trasladada hoy sábado en un avión especial a
Moscú.
El Ministerio del Interior menciona la cifra de 1.200 heridos.
Según los datos de última hora, el bólido reventó ventanas y causó
otros daños en más de 3.700 edificios residenciales y más de 700
instalaciones públicas. La superficie total de cristales rotos alcanza
200.000 metros cuadrados.