La archidiócesis de Los Ángeles fue obligada por la Justicia de California a entregar 12 mil páginas de documentos secretos sobre el tema donde se encuentran los archivos personales de los sacerdotes.
Es uno de los mayores escándalos en la historia de la Iglesia católica. Y
una de las mayores revelaciones de los últimos tiempos. La
archidiócesis de Los Ángeles fue obligada por la Justicia de California a
entregar unas 12 mil páginas de documentos secretos sobre el abuso de menores que cometieron sus curas. Entre ellas, se encuentra los expedientes personales que les abrieron a 122 sacerdotes con sus identidades.
El arzobispo de
Los Ángeles, José Gómez, divulgó anoche los informes sobre casos de
pedofilia que involucran a sacerdotes de su congregación.
Los
documentos, unas 12 mil páginas, divulgados en la web de la
arquidiócesis por una decisión judicial, incluyen informaciones sobre
acusaciones de pedofilia contra los curas de Los Ángeles.
En
una carta publicada en español y en inglés, el arzobispo Gómez explicó:
“Estos archivos contienen documentación sobre abusos que sucedieron hace
varias décadas. Pero eso no los hace menos graves”.
“La lectura
de esos archivos es brutal y dolorosa. El comportamiento que se describe
ahí es tristísimo y terriblemente malo. No hay excusas ni explicaciones
posibles sobre lo que pasó a esos niños. Los sacerdotes involucrados
tenían el deber de ser sus padres espirituales, y fallaron”, agrega el
purpurado.
A principios de enero, la Justicia le había ordenado a
la Iglesia católica de Los Ángeles divulgar la identidad de los altos
responsables acusados de pedofilia, una decisión que fue bien recibida
por las víctimas.
El arzobispo se comprometió entonces a
cumplir con la orden de la jueza Emilie Elias, que anulaba una decisión
del juez Dickran Tevrizian de 2011.
Pero luego, Gómez se atajó y
aseguró que la "mayoría de las informaciones solicitadas ya habían sido
divulgadas" en 2004 en un "Informe al pueblo de Dios". La jueza Elias
quería los nombres completos de los curas abusadores.
En los
últimos años, la Iglesia se ha visto involucrada en varios casos de
acusaciones contra presuntos curas pedófilos, especialmente en Estados
Unidos, donde uno de cada cuatro ciudadanos se profesa como católico.
Tras una nueva intimación de la Justicia, Gómez decidió dar a conocer
los informes. En total, son 124 dossier judiciales, 82 de los cuales se
refieren a presuntos abusos sexuales de menores. Allí, aparecen por
primera vez –sin tachar- los nombres de 122 sacerdotes acusados de
pedófilos. Hacía cinco años que la Justicia pedía la lista sin censura
de los nombres de los curas.
“Hoy, necesitamos admitir esas
terribles faltas. Tenemos que rezar por todos aquellos que alguna vez
han sido heridos por miembros de la Iglesia. Y tenemos que seguir
ofreciendo nuestro apoyo en el largo y doloroso proceso de la sanación
de sus heridas, así como de la recuperación de la confianza que fue
destrozada”, dijo Gómez.
“No puedo deshacer los errores del pasado
que se encuentran en esas páginas. Leer esos archivos, reflexionar
sobre las heridas causadas, ha sido la experiencia más triste que he
tenido desde que asumí la responsabilidad de ser su Arzobispo en el
2011”, reconoció en su carta a los feligreses.
La fuerte
autocrítica de Gómez no fue la única medida que tomó en las últimas
horas. El purpurado, en una decisión sin precedentes, le prohibió a su
predecesor, el cardenal Roger Mahony, realizar actividades
"administrativas y públicas" vinculadas con la vida eclesiástica por
haber ayudado a encubrir los abusos sexuales a niños cometidos por
decenas de sacerdotes.
En los años 80, Mahony era el hombre
encargado de la arquidiócesis en relación a los informes de sacerdotes
envueltos en casos de abusos.
Mahony, quien días atrás hizo
público un mea culpa, está acusado de no haber intervenido adecuadamente
en relación a las denuncias sobre pedofilia atribuidas a sacerdotes
bajo su autoridad y de haber intentado silenciar el escándalo.
Jubilado al cumplir 75 años, en 2011, Mahony fue sustituido por Gómez.
La decisión adoptada contra el ex arzobispo es altamente infrecuente: no
fue adoptada en 2002 en el caso de Bernard Law, de Boston, aun cuando
la arquidiócesis de Massachusetts estuvo en el centro del escándalo que
sacó a la luz el drama de la pedofilia en la Iglesia católica
estadounidense.
El impedimento, por ejemplo, de celebrar misa y
hablar en público "es extraordinario" y demuestra que las actuales
cúpulas eclesiásticas "están tomando las cosas realmente en serio", dijo
el reverendo Thomas Reese, jesuita de la Universidad de Georgetown.
Gómez agregó que Thomas Curry, ex vicario del clero bajo las órdenes de
Mahony y quien fue elegido por el cardenal para hacerse cargo de los
sacerdotes acusados de abuso sexual, renunció a su actual cargo de
obispo auxiliar de la arquidiócesis de Santa Bárbara. Curry también se
había disculpado a principios de enero.
