De acuerdo con los resultados
de un estudio, alrededor de 50 % de las personas infectadas con el virus
del sida que reciben tratamiento antirretroviral de gran actividad
(TARGA) tienen la misma esperanza de vida que una persona que no está
infectada por el VIH.
Según los datos publicados en AIDS, las personas infectadas por el VIH que consiguen controlar bien la infección con TARGA y recuperar el sistema inmunitario del cuerpo tienen el mismo índice de mortalidad que la población general.
Desde que en 1981 se detectaron los primeros casos del VIH, los tratamientos han evolucionado y mejorado: se han simplificado, son menos tóxicos y su efectividad es mayor.
Tras décadas de investigación, y aunque aún no se ha conseguido curar la infección por el VIH, la terapia antirretroviral ha demostrado tener un gran éxito y los diferentes medicamentos disponibles hoy han contribuido a aumentar tanto la esperanza como la calidad de vida de las personas infectadas por este virus.
“Es probable que gran parte del exceso de mortalidad asociada al VIH se podría prevenir con un diagnóstico precoz y el inicio de la terapia, junto con un buen seguimiento del paciente que permita una mejor adherencia al tratamiento”, señaló Bonaventura Clotet, del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa.
Sin embargo, Clotet concluyó que este enfoque no es suficiente y recordó que “siempre hay un grupo reducido de pacientes, entre un 10 % y un 15 %, que, pese a los esfuerzos, no conseguirán una buena recuperación de su sistema inmunitario. Estamos intentando desarrollar nuevas estrategias y para ello necesitamos más inversión en investigación, tanto básica como clínica”.