El 'bricso', la moneda de los BRICS, revolucionaría mucho más que el sistema económico mundial, sostiene el execonomista del Banco Mundial Peter Koenig en un artículo donde detalla quién tomaría las riendas del mundo en ese hipotético escenario.
En la primera parte de una serie de artículos, Koenig sugería que la introducción de una nueva moneda, el 'bricso', lanzada por el bloque BRICS, podría frustrar los planes de EE.UU. de crear un nuevo orden mundial.
En su más reciente artículo describe cómo se desarrollarían los acontecimientos en ese hipotético caso. ¿Cómo sería el devenir económico mundial con el 'bricso'? ¿Cómo afectaría su lanzamiento al dólar? ¿Y a la población en general? En su artículo, publicado en el portal de noticias 'The Voice of Russia', Koenig responde a estas y a otras cuestiones y dibuja un panorama mundial radicalmente distinto al actual.
Algunos se plantearían ir a los bancos, pero ni siquiera podrían cambiar sus dólares y euros en efectivo en 'bricsos', porque, al menos en un principio, esta moneda sería virtual. Otros optarían por convertir sus cuentas bancarias en divisas BRICS., lo que les mantendría a salvo.
También habría personas que continuarían confiando en el dólar.
Las entidades bancarias abrirían de nuevo pasado un tiempo, pero solo durante unas horas al día y con estrictos límites para la retirada de dinero.
Según Koenig, visualizar un escenario ficticio como este no resulta tan difícil en la actualidad. De hecho, uno podría especular que los sistemas bancarios de la UE y EE.UU. se han estado preparando para una crisis de tal magnitud, destaca el autor, mencionando el reciente colapso del sistema bancario chipriota.
Las entidades bancarias se dividirán en bancos de inversión y banca comercial tradicional, lo que supondría el retorno de la ley Glass-Steagall, que introdujo reformas bancarias y que Bill Clinton derogó en 1998.
Los productores de petróleo de Estados del Golfo se apresurarían a convertir sus reservas de dólares en 'bricsos' o euros. Cuando los bancos abrieran, el dólar habría perdido cerca de dos tercios de su valor en relación con el euro y la libra esterlina.
"En este escenario, la ruptura de la eurozona se vuelve casi inevitable, ya que los mecanismos de coerción económica utilizados por la Comisión Europea se ‘atascarán’ por la crisis resultante", afirma el experto en su artículo.
"Lo que quedase de la 'economía de mercado' globalizado occidental cojearía", agrega. Sin embargo, los BRICS y sus dos miembros asociados, Irán y Venezuela, se recuperarían rápidamente, ya que su nueva moneda les daría un impulso en la economía mundial.
No depender de combustibles fósiles se traduciría en autonomía política y allanaría el camino hacia la verdadera democracia y hacia un auténtico sistema de bienestar. Además, los BRICS y sus aliados lograrían la autosuficiencia alimentaria.
Con el tiempo, subraya Koenig, se acostumbrarían al nuevo sistema, incluso aunque no les gustase.
El comercio de hidrocarburos en dólares disminuiría gradualmente. A estas alturas, el 'bricso' contaría con el respaldo de nueve naciones, las economías de los cinco países que conforman los BRICS, junto con Irán, Venezuela, Indonesia y Malasia. Mongolia, con una economía de rápido crecimiento, también intentaría aliarse con el bloque.
A medida que más países operasen en 'bricsos', la moneda se fortalecería. Es más, se convertiría en una reserva sólida y de referencia para muchas naciones que no integran el BRICS. Además, en este hipotético escenario, se establecería un impuesto sobre la energía que sería aplaudido por numerosos países.
"Los valores materiales siempre tienden a interferir con estos valores humanos sostenibles", asegura el execonomista.
El valor de las economías dejaría de ser lineal, material y medible (como lo es actualmente con el PIB) e incluiría estándares de bienestar, entre ellos la capacidad de resolución de conflictos.
Sería, concluye Koenig, un nuevo sistema monetario y económico muy alejado de las guerras y los conflictos motivados por la codicia.
En su más reciente artículo describe cómo se desarrollarían los acontecimientos en ese hipotético caso. ¿Cómo sería el devenir económico mundial con el 'bricso'? ¿Cómo afectaría su lanzamiento al dólar? ¿Y a la población en general? En su artículo, publicado en el portal de noticias 'The Voice of Russia', Koenig responde a estas y a otras cuestiones y dibuja un panorama mundial radicalmente distinto al actual.
1. Primeras horas de pánico
Las siguientes 24 horas serían de auténtico desconcierto. Los medios se volverían locos y la gente sentiría miedo y especularía sobre el futuro económico, señala el execonomista.Algunos se plantearían ir a los bancos, pero ni siquiera podrían cambiar sus dólares y euros en efectivo en 'bricsos', porque, al menos en un principio, esta moneda sería virtual. Otros optarían por convertir sus cuentas bancarias en divisas BRICS., lo que les mantendría a salvo.
También habría personas que continuarían confiando en el dólar.
2. Colapso de los mercados de valores
Pasadas 48 horas, los mercados de valores occidentales se derrumbarían literalmente, asegura el autor del artículo. Las autoridades optarían por cerrar los bancos ante el caos ocasionado por la noticia. Diez días después, la gente, sin dinero para comprar comida y otros artículos de primera necesidad, tomaría las calles.Las entidades bancarias abrirían de nuevo pasado un tiempo, pero solo durante unas horas al día y con estrictos límites para la retirada de dinero.
Según Koenig, visualizar un escenario ficticio como este no resulta tan difícil en la actualidad. De hecho, uno podría especular que los sistemas bancarios de la UE y EE.UU. se han estado preparando para una crisis de tal magnitud, destaca el autor, mencionando el reciente colapso del sistema bancario chipriota.
3. Abandono del euro
Algunos Gobiernos europeos, especialmente los de los países más débiles de la eurozona, estudiarían salir del euro, volver a las monedas que tenían antes y nacionalizar sus bancos un mes después de la introducción del 'bricsos'. La medida les permitiría imprimir su propio dinero y estimular la economía local con un sistema bancario nacional que promovería la producción y el consumo interno, creando así puestos de trabajo y en definitiva, restableciendo la confianza en la sociedad.4. Reintroducción del patrón oro
EE.UU. ordenaría al FMI volver a introducir el patrón oro a una tasa arbitraria de 2.000 dólares la onza y con un endeudamiento a una relación de 10:1.Las entidades bancarias se dividirán en bancos de inversión y banca comercial tradicional, lo que supondría el retorno de la ley Glass-Steagall, que introdujo reformas bancarias y que Bill Clinton derogó en 1998.
Los productores de petróleo de Estados del Golfo se apresurarían a convertir sus reservas de dólares en 'bricsos' o euros. Cuando los bancos abrieran, el dólar habría perdido cerca de dos tercios de su valor en relación con el euro y la libra esterlina.
5. Tratando de acercase al BRICS
A los seis meses, Grecia, España, Portugal, Italia e Irlanda optarían por salir de la zona euro y reiniciar su economía con sus propias monedas, algunos de ellos buscando en silencio una alianza con los países BRICS."En este escenario, la ruptura de la eurozona se vuelve casi inevitable, ya que los mecanismos de coerción económica utilizados por la Comisión Europea se ‘atascarán’ por la crisis resultante", afirma el experto en su artículo.
"Lo que quedase de la 'economía de mercado' globalizado occidental cojearía", agrega. Sin embargo, los BRICS y sus dos miembros asociados, Irán y Venezuela, se recuperarían rápidamente, ya que su nueva moneda les daría un impulso en la economía mundial.
6. Ampliación del bloque
A lo largo del primer año, Indonesia y Malasia se unirían al bloque de los BRICS. El mercado de los países BRICS crecería casi exponencialmente, no sólo en la producción y el consumo, sino también en el campo de la investigación, sobre todo de fuentes de energía alternativas y renovables.No depender de combustibles fósiles se traduciría en autonomía política y allanaría el camino hacia la verdadera democracia y hacia un auténtico sistema de bienestar. Además, los BRICS y sus aliados lograrían la autosuficiencia alimentaria.
7. Euro, parte de la cesta ' bricso'
A principios de 2015, se iniciarían las negociaciones para que el euro se sumase a la cesta 'bricso'. Los europeos necesitarían vender sus productos a los países BRICS y comprar hidrocarburos a la espera de que las energías renovables viables fueran comercializables.Con el tiempo, subraya Koenig, se acostumbrarían al nuevo sistema, incluso aunque no les gustase.
8. Apostar por el 'brisco', una moneda estable
Nos situamos en 2015. Los productores de hidrocarburos ya serían conscientes de que el 'bricso' es una moneda estable que brinda más seguridad a largo plazo que el dólar.El comercio de hidrocarburos en dólares disminuiría gradualmente. A estas alturas, el 'bricso' contaría con el respaldo de nueve naciones, las economías de los cinco países que conforman los BRICS, junto con Irán, Venezuela, Indonesia y Malasia. Mongolia, con una economía de rápido crecimiento, también intentaría aliarse con el bloque.
A medida que más países operasen en 'bricsos', la moneda se fortalecería. Es más, se convertiría en una reserva sólida y de referencia para muchas naciones que no integran el BRICS. Además, en este hipotético escenario, se establecería un impuesto sobre la energía que sería aplaudido por numerosos países.
9. Creando conciencia
De 2015 o 2016 en adelante, la gente tomaría conciencia sobre la protección del medioambiente y la justicia social, conceptos clave en la educación y la cultura. Al mismo tiempo, una nueva forma de pensar surgiría entre las nuevas generaciones, que serían cada vez más conscientes de que lo que realmente importa no es lo material, sino la cooperación, la solidaridad y la paz."Los valores materiales siempre tienden a interferir con estos valores humanos sostenibles", asegura el execonomista.
10. Cambio de valores
Desde aproximadamente el año 2020 se percibiría un importante cambio de los valores materiales a los de la vida humana. La protección de las especies, el medioambiente y los recursos cobrarán cada vez más fuerza. Garantizar una buena educación y servicios sanitarios para todos será considerado como algo fundamental, señala el artículo.El valor de las economías dejaría de ser lineal, material y medible (como lo es actualmente con el PIB) e incluiría estándares de bienestar, entre ellos la capacidad de resolución de conflictos.
Sería, concluye Koenig, un nuevo sistema monetario y económico muy alejado de las guerras y los conflictos motivados por la codicia.