Un grupo de parlamentarios propusieron un proyecto de ley que obligaría a los fabricantes de teléfonos y tabletas a instalar esta tecnología, a partir de 2015.
Un grupo de legisladores de California propusieron una ley que requeriría que los smartphones y otros aparatos portátiles tengan un interruptor de emergencia que funcione para desactivarlos a distancia en caso de pérdida o robo.
El senador demócrata Mark Leno, el fiscal del distrito de San Francisco George Gascon y otros funcionarios electos y policiales presentaron el proyecto que obligaría a los fabricantes de teléfonos y tabletas a instalar, a partir de 2015, esta tecnología.
"Con los robos de los smartphones en niveles sin precedentes, California no se puede quedar de brazos cruzados cuando hay una solución disponible al problema", dijo el senador de San Francisco.
"Pedimos al sector de los teléfonos móviles que tome las medidas necesarias para combatir los robos violentos de estos aparatos y proteger los consumidores", dijo.
Leno y Gascon dijeron que piensan que la ley sería la primera de su tipo en Estados Unidos. Gascon y Schneiderman les dieron a los fabricantes como plazo hasta junio del 2014 para que elaboren soluciones con el fin de reducir los robos de teléfonos multiusos.
La CTIA-The Wireless Association, un grupo empresarial para compañías proveedoras de servicios inalámbricos, dice que un interruptor para emergencias tiene serios riesgos, incluida la vulnerabilidad potencial a piratas informáticos que podrían inhabilitar no sólo teléfonos de individuos, sino también teléfonos usados por entidades como el Departamento de Defensa, el Departamento de Seguridad Nacional y agencias del orden.
La asociación ha estado trabajando en la creación de una base nacional de datos de teléfonos robados que lanzó en noviembre para acabar con el mercado de celulares que caen en manos de ladrones.
"Esas bases de datos (para teléfonos del tipo) 3G y 4G/LTE, que ponen teléfonos robados en listas negras y evitan que sean reactivados, son parte de la solución", dijo Michael Altschul, vicepresidente y asesor jurídico de la CTIA, en una declaración. "Pero necesitamos que más compañías celulares internacionales y más países participen con el fin de ayudar a poner fin al mercado para esos teléfonos robados en el extranjero".
Casi uno de cada tres robos en Estados Unidos involucra el robo de un celular, de acuerdo con la Comisión Federal de Comunicaciones. Los robos y pérdidas de dispositivos móviles --en su mayoría teléfonos multiudos-- costaron a los consumidores más de 30 millones de dólares en el 2012, dijo la agencia en un estudio.