La deuda pública y privada de EE.UU. ha alcanzado tales proporciones que incluso una acción aleatoria puede arruinar la economía mundial. La situación actual muestra que el país busca una solución, y esa es una guerra, opinan los expertos.
Para obtener su bélica recompensa, tanto los políticos 'halcones de la guerra' como los militares miran hacia Rusia, según muestra la reciente rueda de prensa del jefe del Estado Mayor Conjunto del Ejército estadounidense, Martin Dempsey, destaca un artículo de Vesti.ru.
Fue la primera vez que este general de renombre evitó abordar los temas de Afganistán e Irak, donde los avances del extremismo islámico plantean en la agenda del Pentágono la posibilidad de un regreso parcial al teatro de la guerra. El militar se centró en Rusia y sus Fuerzas Armadas y en el decreciente presupuesto militar.
Siguiendo los pasos del mando político de Washington, el jefe del Estado Mayor Conjunto acusó al Gobierno ruso de supuestamente haber decidido aplicar la fuerza militar en Ucrania y advirtió a continuación: "Es el primer caso desde 1939. ¡Tengan en cuenta que el Ejército de Estados Unidos no le tiene miedo a la guerra! El país puede pensar de otra manera, pero cumpliremos con cualquier orden".
Según el artículo, aquí también hay que tener en cuenta las razones económicas. "Ni las tasas de interés cero ni negativas ni la flexibilización cuantitativa han acabado con la crisis, que ya dura seis años. Las inyecciones de dólares y euros han llevado a un galopante incremento del precio de las acciones, pero no estimularon ni la producción ni la demanda mundial, ni ayudaron con el desempleo real. La economía mundial se convirtió en un casino gigante. En 2008 el volumen total de derivados, los contratos especulativos de riesgo, fue de cinco billones de dólares y a finales de 2014 esta cifra alcanzará dos cuatrillones. ¿Cómo se puede resolver eso?", pregunta el autor del artículo, Konstantín Siomin.
"Cuando los beneficios dentro del sistema capitalista caen, es necesario mantenerlos y aumentarlos. Los beneficios se aumentan de dos maneras: capturando nuevos mercados y obteniendo acceso a recursos naturales más baratos", explica la politóloga Veronika Krashenínnikova, directora general del Instituto de Investigación de Política Exterior, y las iniciativas citada por Vesti.ru.
El proyecto de ley n.º 2277 sobre la "prevención de la agresión rusa", presentado al Congreso de EE.UU. por el senador republicano Bob Kocker, da la impresión de que las grandes compañías del sector armamentista, como Boeing, Lockheed Martin, Northrop Grumman o General Dinamics, intervinieron en su redacción. Lo que buscan es incrementar los gastos presupuestarios bajo cualquier pretexto.
Además, se puede recordar la experiencia de la Segunda Guerra Mundial. Aquel conflicto bélico dio un impulso a la economía y al sector financiero en especial, un impulso tan grande que EE.UU. pudo poner fin a las consecuencias de la Gran Depresión e iniciar su época de plata mientras que Europa estaba en ruinas, en parte debido a esta última circunstancia.
A comienzos de este julio se hizo pública una confirmación de que EE.UU. desconoce cómo va a resolver el problema de su deuda y el sector bancario. Entonces, cuando la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde planteó la pregunta a la presidenta de la Reserva Federal de EE.UU., Janet Yellen, la responsable estadounidense dijo que la deuda supone un gran desafío para el Gobierno y que "incluso después de que se introdujeran las restricciones legislativas se conserva la probabilidad de que la situación salga del control, sin que nosotros nos demos cuenta. Eso será un gran problema para nosotros y no está claro qué hacer con ello".
Pero Rusia y China ya saben cómo cerrar esta "ventana de oportunidad" para EE.UU, destaca el autor del artículo. "Esta ventana de oportunidad se cierra no solo porque Rusia y China estén reforzando sus defensas. Creado en la cumbre BRICS a mediados de julio, el Banco de Desarrollo es percibido por Occidente como un desafío directo a la hegemonía del dólar y el FMI. [...] Ahora, en caso de crisis, los miembros del BRICS están listos para ayudarse por medio del Fondo de Reserva de Emergencia. ¿Está preparado Occidente para aceptarlo?", pregunta el autor.
Fue la primera vez que este general de renombre evitó abordar los temas de Afganistán e Irak, donde los avances del extremismo islámico plantean en la agenda del Pentágono la posibilidad de un regreso parcial al teatro de la guerra. El militar se centró en Rusia y sus Fuerzas Armadas y en el decreciente presupuesto militar.
Siguiendo los pasos del mando político de Washington, el jefe del Estado Mayor Conjunto acusó al Gobierno ruso de supuestamente haber decidido aplicar la fuerza militar en Ucrania y advirtió a continuación: "Es el primer caso desde 1939. ¡Tengan en cuenta que el Ejército de Estados Unidos no le tiene miedo a la guerra! El país puede pensar de otra manera, pero cumpliremos con cualquier orden".
Según el artículo, aquí también hay que tener en cuenta las razones económicas. "Ni las tasas de interés cero ni negativas ni la flexibilización cuantitativa han acabado con la crisis, que ya dura seis años. Las inyecciones de dólares y euros han llevado a un galopante incremento del precio de las acciones, pero no estimularon ni la producción ni la demanda mundial, ni ayudaron con el desempleo real. La economía mundial se convirtió en un casino gigante. En 2008 el volumen total de derivados, los contratos especulativos de riesgo, fue de cinco billones de dólares y a finales de 2014 esta cifra alcanzará dos cuatrillones. ¿Cómo se puede resolver eso?", pregunta el autor del artículo, Konstantín Siomin.
"Cuando los beneficios dentro del sistema capitalista caen, es necesario mantenerlos y aumentarlos. Los beneficios se aumentan de dos maneras: capturando nuevos mercados y obteniendo acceso a recursos naturales más baratos", explica la politóloga Veronika Krashenínnikova, directora general del Instituto de Investigación de Política Exterior, y las iniciativas citada por Vesti.ru.
El BRICS ya lo sabe
El proyecto de ley n.º 2277 sobre la "prevención de la agresión rusa", presentado al Congreso de EE.UU. por el senador republicano Bob Kocker, da la impresión de que las grandes compañías del sector armamentista, como Boeing, Lockheed Martin, Northrop Grumman o General Dinamics, intervinieron en su redacción. Lo que buscan es incrementar los gastos presupuestarios bajo cualquier pretexto.
Además, se puede recordar la experiencia de la Segunda Guerra Mundial. Aquel conflicto bélico dio un impulso a la economía y al sector financiero en especial, un impulso tan grande que EE.UU. pudo poner fin a las consecuencias de la Gran Depresión e iniciar su época de plata mientras que Europa estaba en ruinas, en parte debido a esta última circunstancia.
A comienzos de este julio se hizo pública una confirmación de que EE.UU. desconoce cómo va a resolver el problema de su deuda y el sector bancario. Entonces, cuando la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde planteó la pregunta a la presidenta de la Reserva Federal de EE.UU., Janet Yellen, la responsable estadounidense dijo que la deuda supone un gran desafío para el Gobierno y que "incluso después de que se introdujeran las restricciones legislativas se conserva la probabilidad de que la situación salga del control, sin que nosotros nos demos cuenta. Eso será un gran problema para nosotros y no está claro qué hacer con ello".
Pero Rusia y China ya saben cómo cerrar esta "ventana de oportunidad" para EE.UU, destaca el autor del artículo. "Esta ventana de oportunidad se cierra no solo porque Rusia y China estén reforzando sus defensas. Creado en la cumbre BRICS a mediados de julio, el Banco de Desarrollo es percibido por Occidente como un desafío directo a la hegemonía del dólar y el FMI. [...] Ahora, en caso de crisis, los miembros del BRICS están listos para ayudarse por medio del Fondo de Reserva de Emergencia. ¿Está preparado Occidente para aceptarlo?", pregunta el autor.