Las sanciones de la Unión Europea y EE.UU. contra Rusia amenazan con acelerar la caída del dólar, que se ha estado tambaleando desde la crisis financiera global.
Según informa la cadena Bloomberg, uno de los lugares en los que se ha hecho más notable este cambio es en Hong Kong, donde las ventas de dólares estadounidenses han obligado a su banco central a comprar más de 9.500 millones de dólares del territorio chino desde el primero de junio de este año. Así se pretende proteger la divisa de una posible devaluación en previsión de la entrada de capital desde Rusia a raíz de las sanciones impuestas a Moscú.
Por otra parte, la compañía de telecomunicaciones rusa MegaFon cambió parte del capital de su conglomerado empresarial a la moneda de Hong Kong.
Por el momento nadie ha sugerido que el dólar vaya a perder su condición de principal moneda de negocios, pero es un hecho que su influencia está mermando. Las participaciones en dólar de las reservas globales ya se han reducido, suponiendo hoy 61% –frente al 72% de 2001. La situación de la moneda estadounidense se agravó especialmente desde la crisis financiera de 2008, generada justamente en EE.UU. cuando los préstamos hipotecarios de alto riesgo quebraron y los mercados de las grandes naciones emergentes, incluida Rusia, se vieron obligados a llevar a cabo más actividades económicas usando su propia moneda.
"La crisis ha hecho reconsiderar la preponderancia del dólar estadounidense en el mundo que nos ha tocado vivir", afirma Joseph Quinlan, director estratégico del mercado del Banco de América. "Este molesto giro de las relaciones entre Rusia y Occidente por culpa de las sanciones puede ser el catalizador del comienzo de un mundo multidivisa", asegura Quinlan.
En esta línea, MMC Norilsk Nickel, la mayor empresa minera y refinadora de níquel y paladio del mundo, también ha empezado a guardar su capital en la moneda asiática. La producción de níquel permite el movimiento de capital en varias divisas y bienes, como recuerda Piotr Lijolitov, portavoz de la firma. A esta tendencia se suman numerosos multimillonarios rusos que están preparándose para mover sus fondos a bancos de Hong Kong, Singapur y Dubái.
Desde que la Reserva Federal de EE.UU. estimuló su divisa para atajar la crisis a base de comprar deudas a sus bancos, otras potencias económicas como Brasil y Alemania han denunciado que Washington ha estado devaluando su moneda.
China, a su vez, se esfuerza para que su divisa, el yuan, gane importancia en el comercio internacional. El Banco Popular de China ha extendido una línea de intercambio hasta Suiza de acuerdo con el Banco Central Europeo. Además, China también ha llegado a un acuerdo de transacciones basadas en el yuan con las bolsas de Londres y Frankfurt.
El 31 de julio pasado, el cambio del yuan chino frente al rublo ruso alcanzó su cota más alta desde finales de 2010, según datos de la Bolsa de Moscú.
Tanto EE.UU. como la UE anunciaron el 29 de julio pasado nuevas restricciones comerciales con Rusia, que limitan el acceso de los bancos y empresas gubernamentales rusos a los mercados europeos y estadounidenses. A ello, Europa añadió un embargo a la venta de armas y de productos electrónicos destinados a la industria bélica y EE.UU. sumó una constructora naval rusa a su lista de empresas de tecnología militar vetadas.
Por otra parte, la compañía de telecomunicaciones rusa MegaFon cambió parte del capital de su conglomerado empresarial a la moneda de Hong Kong.
Por el momento nadie ha sugerido que el dólar vaya a perder su condición de principal moneda de negocios, pero es un hecho que su influencia está mermando. Las participaciones en dólar de las reservas globales ya se han reducido, suponiendo hoy 61% –frente al 72% de 2001. La situación de la moneda estadounidense se agravó especialmente desde la crisis financiera de 2008, generada justamente en EE.UU. cuando los préstamos hipotecarios de alto riesgo quebraron y los mercados de las grandes naciones emergentes, incluida Rusia, se vieron obligados a llevar a cabo más actividades económicas usando su propia moneda.
"La crisis ha hecho reconsiderar la preponderancia del dólar estadounidense en el mundo que nos ha tocado vivir", afirma Joseph Quinlan, director estratégico del mercado del Banco de América. "Este molesto giro de las relaciones entre Rusia y Occidente por culpa de las sanciones puede ser el catalizador del comienzo de un mundo multidivisa", asegura Quinlan.
¿Fin del dólar?
En esta línea, MMC Norilsk Nickel, la mayor empresa minera y refinadora de níquel y paladio del mundo, también ha empezado a guardar su capital en la moneda asiática. La producción de níquel permite el movimiento de capital en varias divisas y bienes, como recuerda Piotr Lijolitov, portavoz de la firma. A esta tendencia se suman numerosos multimillonarios rusos que están preparándose para mover sus fondos a bancos de Hong Kong, Singapur y Dubái.
Desde que la Reserva Federal de EE.UU. estimuló su divisa para atajar la crisis a base de comprar deudas a sus bancos, otras potencias económicas como Brasil y Alemania han denunciado que Washington ha estado devaluando su moneda.
China, a su vez, se esfuerza para que su divisa, el yuan, gane importancia en el comercio internacional. El Banco Popular de China ha extendido una línea de intercambio hasta Suiza de acuerdo con el Banco Central Europeo. Además, China también ha llegado a un acuerdo de transacciones basadas en el yuan con las bolsas de Londres y Frankfurt.
El 31 de julio pasado, el cambio del yuan chino frente al rublo ruso alcanzó su cota más alta desde finales de 2010, según datos de la Bolsa de Moscú.
Tanto EE.UU. como la UE anunciaron el 29 de julio pasado nuevas restricciones comerciales con Rusia, que limitan el acceso de los bancos y empresas gubernamentales rusos a los mercados europeos y estadounidenses. A ello, Europa añadió un embargo a la venta de armas y de productos electrónicos destinados a la industria bélica y EE.UU. sumó una constructora naval rusa a su lista de empresas de tecnología militar vetadas.