Las psicólogas Nina Bascou y Alejandra Gajardo, expertas en arquetipos masculinos, responden: “Los hombres se transformaron en máquinas de reproducción, tomaron sólo un aspecto de su ser, su masculinidad y la llevaron al límite, explotándose a sí mismos y desconectándose de su sensibilidad, tanto hacia los demás como hacia sí mismos”.
Dicen, que los caballeros se perdieron y olvidaron su origen, a "su madre", su esencia y su naturaleza doble, de seres animales y espirituales, y por ende, renegarían de su naturaleza humana.
“Al olvidar su origen y a su madre, no reconocen su conexión con la madre tierra, con su ser animal y por lo tanto, su respeto y valoración por la vida”, declaran. En lo concreto, esto explicaría su afán por lo destructivo, como por ejemplo, en la guerra o la depredación de los recursos naturales.
Pero también, según las psicólogas, se puede constatar en que al estar desconectados de su parte amorosa, olvidan a su madre humana y eso hace que poco o nada se relacionen con lo afectivo, el autocuidado y tengan un desarrollo sano de su autoestima.
“Se aíslan afectivamente, dando rienda desenfrenada a las obligaciones que el sistema les sobre impuso. Por eso decimos, que se han vuelto máquinas que producen, rinden y buscan resultados rápidos, no se detienen en lo que sienten o quieren”, sostienen.
El objetivo, evolucionar
El análisis no es lapidario por qué si. Para ellas, constata una realidad que han podido atender en su consultas y al observar cómo se han desenvuelto en la sociedad y han establecido sus relaciones.
Pero, afortunadamente, el mundo cambia y con todos adentro. Entonces, el conocer los arquetipos masculinos se vuelve una herramienta de trabajo personal para el autoconocimiento, la evolución.
“Es una posibilidad de poner en palabras y hacer consciente la sabiduría que hay dentro de sí mismos, la sabiduría propiamente masculina”, acotan. Para identificarse con ellos, Nina Bascou recomienda hacerlo mediante el estudio de la carta astral. Aunque de todos modos, al tener la información y conocerse un poquito, ya se emprende el camino.
“Para los hombres es muy importante poner en palabras. Si ellos logran hacer eso, de alguna manera, el arquetipo toma realidad dentro de sí mismos y se materializa el don especial que cada uno tiene”, anima. ¿Para qué? Nada menos que para aumentar su sentido de identidad y autoestima.
“Es la posibilidad de volver a encontrarse consigo mismos y con sus iguales, de una manera constructiva, positiva”, agrega Alejandra Gajardo.
Nosotras, las mujeres
Las psicólogas aseveran que esta información también es útil para las mujeres, porque ellas en sus múltiples roles, necesitan conectarse con su capacidad de acción y producción pero sin que eso las desequilibre.
Es decir, sin pasar a llevar nuestra naturaleza femenina para que no haya tensión, dolor ni tanto esfuerzo. “Nosotras tenemos una masculinidad interior, la energía yang, que debemos dejar fluir desde nuestra feminidad, liviana y dulcemente. Y también porque de esa manera, nos complementamos a nosotras mismas. Nos hacemos más libres e independientes y menos vulnerables”, declaran.
Por otro lado, indican que sin desarrollar nuestra masculinidad interior sería imposible conectar y amar verdaderamente a un hombre, a un esposo, a un hijo, a un amigo. “Así también, un hombre que no se ha arriesgado a mirar hacia dentro, hacia sus zonas vulnerables y sensibles, tendrá dificultad de conectar profundamente a una mujer”, comenta Nina Bascou.
Por lo tanto, lo interesante de los arquetipos es que ayudan a integrar en nuestro interior, a nuestro opuesto complementario, “transformándonos así en personas maduras y más capaces de amarnos a nosotros mismos y de amar a otro”, reflexionan.
Dios y arquetipos masculinos
Así como existen los arquetipos femeninos, las psicólogas describen 8 arquetipos basados en el estudio de Jean Shinoda Bolen :
1. Zeus, Dios del Cielo, rey padre celestial: Ejecutivo, creador de alianzas, conquistador. Tienen capacidad de usar el poder, decisión, capacidad generadora. En desequilibrio: Crueldad, inmadurez emocional, vanidad.
2. Poseidón, Dios del Mar, rey padre de la tierra: Instintivo, intuitivo, hombre emocional, enemigo implacable. Lealtad, acceso a los sentimientos. En desequilibrio: Inestabilidad emocional, baja autoestima, destructividad y represión emocional.
3. Hades, Dios del Mundo subterráneo, Rey recluso: Reino de los espíritus y el inconsciente. Poseen un mundo interior rico en imágenes. Desapego. Saben captar la esencia de las personas y las cosas, descubrir tesoros ocultos. En conflicto: Invisibilidad social, depresión, distorsión de la realidad. Baja autoestima. Manipuladores, controladores y hasta sádicos.
4. Apolo, Dios del Sol, hijo predilecto: Establece metas con éxito. Aprecio de la claridad y forma. Sanador a través de la música y poesía. Fidelidad, nobleza. En desequilibrio: Son hombres arrogantes que mantienen distancia emocional. Egocéntricos y orgullosos.
5. Hermes, Dios Mensajero, comunicador, guía: Capacidad para comprender el sentido de las cosas. Amigable. Grandes comunicadores. En desequilibrio: Impulsividad y eterno adolescente. Astutos, mentirosos y hasta manipuladores.
6. Ares, Dios de la Guerra, hijo rechazado: Guerrero, bailarín, amante. Hombre encarnado. Integración de las emociones y el cuerpo. Expresividad de las emociones. Supervivientes, luchadores. Poder de iniciativa. Su conflicto psicológico: Impulsividad, agresividad, autoritarios, baja tolerancia frustración, baja autoestima, poca reflexión.
7. Hefesto, Dios de la Forja, hijo rechazado: Artesano, hombre creativo. Capacidad para ver y crear belleza. Habilidad con las manos. En desequilibrio: No apropiado socialmente, bufón, complejo de inferioridad.
8. Dionisios, Dios del Extasis, hijo protegido: Místico, errante, amante extático. Apreciación de la experiencia sensorial. Amor por la naturaleza. Intensidad pasional. Cuando se enamoran lo hacen para siempre. En desequilibrio: Adicciones, distorsiones de la percepción de si mismo, baja autoestima.