Críticas a una campaña por ofrecer "una imagen negativa de la mujer negra".
La isla de Mayotte
se convirtió en marzo del año pasado en el departamento (provincia)
número 101 de Francia. Situada al norte de Mozambique, en el
archipiélago de las Comoras, es un sitio paradisiaco al que los nativos
llaman Mahoré.
Con unos 200.000 habitantes repartidos en 374 kilómetros cuadrados,
la islita tiene una población mayoritariamente musulmana. Una marca
local de ropa informal, llamada Pardon! (Perdón), acaba de sulfurar a
los estrictos guardianes de la fe y la vestimenta al lanzar una campaña
publicitaria que utiliza la imagen de Marianne, el símbolo femenino de
la República francesa, para vender su colección de verano y un mensaje
político que festeja desde el sarcasmo el primer aniversario de la francesización de Mayotte.
La Marianne local es una joven mulata casi negra que enseña el pecho y
porta la tricolor imitando la pose de la Marianne que pintó Delacroix en su célebre cuadro La Libertad guiando al pueblo. La gran diferencia, al margen del color de la piel, es que no porta bayoneta, sino un cepillo de barrer.
La controversia, senos aparte, ha sido feroz. Un analista del diario Mayotte Hebdo
ha sugerido que la foto ofrece una “representación negativa de la
mujer, y de la mujer negra en particular”, aunque ha añadido que quizá
simbolice a “una mujer que se libera de los dictados de una sociedad que
tiende a reducirla a su rol de madre y ama de casa”.
El responsable de las tiendas de ropa, Peter Mertes,
ha replicado que el cepillo no tiene esa carga moral, y que se trata de
una mera cuestión de civismo: “Mayotte es una isla bella, pero está
demasiado sucia. Debemos limpiarla para promover el turismo”.
Pardon!, habitual provocador de polémicas sobre la anexión de la isla
a su lejana metrópolis (pronto será provincia ultraperiférica de la
UE), ha decidido finalmente cubrir el seno de la modelo sin retirar el
texto que acompaña la foto, una ácida crítica del referéndum que en 2009
convirtió a Mayotte “en territorio bien francés”.
La marca felicita irónicamente a sus paisanos por haber actuado bajo
“la perfecta lógica del rigor presupuestario del que tanto se habla
últimamente”, y resume con ironía las nuevas delicias locales:
“Gastronomía refinada, arte de vivir a la francesa, bomba atómica, tasa
de paro anecdótica y viviendas populares”.