viernes, abril 06, 2012

Detenida una familia por asesinar a sus parientes como ofrenda a la Santa Muerte

Tres niños, de entre uno y cinco años, presenciaron el último de los ritos, en el que fue degollado un menor.

Una familia de Sonora asesinó a sus propios parientes durante una ofrenda a la Santa Muerte que incluyó sacrificios humanos presenciados por menores de edad. La familia Meraz al completo, abuelo incluido, fue detenida la semana pasada en el municipio de Nacozari (Sonora), después de admitir que en los últimos dos años mataron a tres personas durante rituales satánicos ante la Santa Muerte con los que pedían protección, salud y dinero a la virgen pagana, una gran calavera con guadaña. El último sacrificio humano, un pequeño de diez años, se produjo el mes pasado.

Efe
Todos los detenidos señalaron a Silvia Meraz, de 44 años, como autora intelectual de los asesinatos y de convencer al resto para degollarlos y ofrecer la sangre a la 'Santa Muerte'. Su propia familia la acusa de sacrificar a su amiga Cleotilde en 2009, luego a su hijastro Martín Ríos, de diez años, y finalmente a su nieto Jesús Octavio, también de diez años, durante rituales de sangre y oración celebrados en el interior de la casa y ante la imagen de la Santa Muerte.

La desaparición del pequeño Octavio, el mes pasado, fue lo que encendió todas las alarmas. Su muerte nada tenía que ver con la violencia en la región, ni con ajustes de cuentas, ni con guerra entre cárteles. La policía comenzó entonces una investigación que terminó la semana pasada cuando aparecieron los tres cuerpos enterrados en un descampado a las afueras de Hermosillo.

"Silvia Meraz estaba convencida de que al ofrecer sacrificios humanos a la Santa Muerte le traería beneficios tanto en lo económico como en la salud y le daría protección a la familia, por eso persuadió al resto de la familia ", declaró un portavoz del gobierno.

El organismo encargado la infancia (DIF) tiene bajo custodia a tres niños, de uno, dos y cinco años, quienes habrían participado en el último rito donde fue degollado un menor. El Instituto de Tratamiento y Aplicación de Medidas para Adolescentes (ITAMA), tiene a una joven de 15 años, quien desde niña participaba en el culto a la Santa Muerte.

"Cuando son chiquitos, como de 1 ó 2 años, no hay daño, pero cuando tienen entre 4 ó 5 años sí alcanzan a comprender el hecho. Se les está dando asistencia en sicología y siquiatría", explicó Francisco Javier Gómez Izaguirre, fiscal del menor.

Según las autoridades la adolescente ve como algo normal lo que sucedía en su familia. "El informe que tenemos es que para la niña no era algo malo lo que estaban haciendo, porque desde que era niña le tocó ver ese tipo de prácticas en la familia y no veía ninguna maldad, creía que era algo normal” señaló Enrique Munro Palacio, Secretario de Seguridad de Sonora. "Le van a dar por bastante tiempo terapia sicológica y, sobre todo, educación, en el sentido de que las acciones que realizaba su familia estaban equivocadas y fuera de la ley. Ella no sabía que estaba haciendo algo tan grave" señaló en el periódico 'Reforma'.

El gobernador Guillermo Padrés señaló que es difícil evitar este tipo de actos satánicos ya que su celebración es secreta y clandestina. El gobernador consideró lamentable que este tipo de cultos se sigan efectuando en estos tiempos y ofrezcan la sangre de una persona por honrar a la muerte.

En los últimos años, el culto a la Santa Muerte ha ido en aumento y cada vez cuenta con más seguidores a pesar del repudio de la Iglesia católica y sus esfuerzos por lograr su prohibición. Sin embargo su imagen huesuda y con guadaña cubierta por una capa es cada vez más venerada entre presos, prostitutas o gentes del mal vivir para quienes la Santa Muerte es la única que se ocupa de los casos perdidos como el suyo.

Borracha y fumadora como sus feligreses, la Santa Muerte cuenta incluso con una 'capilla' visitada por miles de files una vez al mes en el barrio de Tepito, en el corazón del Distrito Federal.