jueves, abril 26, 2012

Encuentran el punto G, la llave de los orgasmos femeninos

Un estudio americano lo sitúa entre el aparato genital y el urinario, formando un ángulo de 35 grados con la pared lateral de la uretra.

El punto G ha sido objeto de muchos debates sobre sexo, dudosos estudios y «víctima» de repetidos desmentidos, pero ahora el «botón» del placer parece haber sido encontrado por primera vez después de la ejecución de un estudio anatómico por el Instituto de Ginecología de St. Petersburg, en Florida.


Según el líder del estudio, Adam Ostrzenski, el punto G se encontraría entre el aparato genital y el urinario, formando un ángulo de 35 grados con la pared lateral de la uretra, según un estudio que realizaron sobre el cuerpo de una mujer fallecida de 83 años.
El Punto Grafenberg, o punto G, fue llamado de este modo para recordar al ginecólogo alemán Ernst Grafenberg, que fue la primera persona que lo describió hace más de 50 años, situándolo en la pared frontal de la vagina a una altura de más de dos centímetros y medio. Investigadores ingleses del King's College de Londres habían negado en el pasado la existencia de este punto, definiéndolo como un mito alimentado por revistas y expertos en sexología.

No obstante, hace algún tiempo Emmanuele Jannini, docente de sexología médica de la Unviersidad de L'Aquila ha sido el primero en «avistar» el misterioso punto que proporciona las alegrías del orgasmo vaginal. La presencia a nivel anatómico del punto G ha sido observado en una muestra de mujeres con un simple instrumento de uso rutinario usado para el diagnóstico médico, que es la ecografía transvaginal, según el estudio pubicado en el Journal of Sexual Medicine.

El resultado de la investigación revela que el punto G mide 8,1 milímetros, tiene un ancho de entre 3,6 milímetros y 1,5 milímetros y una altura de 0,4 milímetros. Tiene un aspecto parecido al tejido cavernoso de los genitales masculinos y del clítoris. Aunque no han dejado claro que se encuentre en la misma posición en los cuerpos de todas las mujeres, explica Ostrzenski, y no seguran si todas las mujeres sentirían un orgasmo femenino al estimularlo.