domingo, julio 01, 2012

Los riesgos de salir de casa sin gafas de sol

Los niños, los ancianos y personas con ojos de color claro son más protensos a los daños oculares aunque los expertos advierten que la protección debe darse en todas las personas.

La piel no es la única que se resiente ante la exposición solar. Los ojos son víctimas también de los rayos ultravioletas y en España cada vez son más frecuentes las afecciones oculares características de zonas tropicales. Pero el mayor problema es que «los españoles no son concientes del daño» al que someten su visión cuando salen de casa sin gafas, así lo considera Blanca Martínez de Carneros, profesora y experta en Optometría y Contactología en la Universidad Alfonso X El Sabio.

«Las gafas no son solo un accesorio», destaca la experta sino que son la herramienta que se tiene más a la mano para evitar enfermedades oculares. La población más susceptible a los daños por rayos ultravioletas (UV) son los niños, los ancianos y personas con ojos de color claro, aunque los oculistas advierten que la protección debe darse por igual en todas las edades.
A diferencia de la piel, el daño ocular «no es inmediato», sino que sus efectos se van acumulando. Entre los males oculares frecuentes está el pterigium, «un tejido de forma triangular que se forma en la conjuntiva, la parte blanca del ojo y que se introduce en la córnea», apunta Martínez de Carneros. Esta afección, comúnmente visible como una «masa de carne», dificulta la visibilidad y aunque no es grave sólo se elimina con una intervención quirúrgica.

Las pinguéculas en la conjuntiva también aparecen con facilidad, se trata de protuberancias amarillas que aparecen en la zona blanca del ojo. Este mal es «característico de personas que viven en países tropicales pero ahora se vez cada vez más en España», apunta la optómetra.

Otro indicador de la poca protección de los españoles a los rayos UV es la aparición más temprana de las cataratas. «Antes las cataratas aparecían en la edad senil, pero ahora la gente las sufre mucho más pronto, entre los 40 y 50 años».

 

 

Quemaduras oculares


«Los niños no usan gafas normalmente y cuando las usan la gente los ve como extravagantes», dice la experta, que recomienda a los padres a que protejan a sus hijos porque también se pueden sufrir quemaduras oculares.

Los chicos son más propensos a sufrir queratitis, una inflamación de la córnea, la porción anterior y transparente del ojo. «Es como una quemadura en la superficie del ojo», dice Martínez de Carneros. También son proclives s padecer fototoxicidad macular, algo que es más común en personas que ven sin protección un eclipse solar, arcos de soldadura sin caretas o punteros láser. La mácula es una parte de la retina que hace que la visión sea un poco más nítida y detallada.

En los ancianos el uso de gafas de sol es aún más recomendado porque los mecanismos naturales de protección del ojo se van degenerando por la edad. Estos procesos son el parpadeo, que se hace mucho más lento, la constricción pupilar que también se ralentiza y la melanina, que se encuentra en menos cantidades.

«La melanina, que también está en la piel, no solo da el color sino que protege al ojo, y con la edad se va perdiendo este pigmento», señala la optometrista. Esta falta de melanina también hace más sensible a las personas de ojos claros a los efectos de rayos solares.

 

 

En busca de las gafas adecuadas


Los expertos recomiendan que compren gafas de sol certificadas, porque garantizan la protección. Las lentes de estas gafas adecuadas deben reducir la radiación visible de luz directa, deben de impedir el paso de la radiación ultravioleta, eliminan reflejos fastidiosos y aumentan el contraste.

Para reducir la radiación ultravioleta y filtrar la luz, son necesarios filtros de color que se clasifican en cinco categoría de 0 a 4.

En verano, Martínez de Carneros recomienda gafas de categoría 3 que tienen entre 82 a 92% de absorción, que se utilizan en la playa, actividades de aire libre o cuando se toma el sol. Para practicar deportas de alta montaña o acuáticos recomienda gafas de categoría 4, que absorben entre 92 y 97%.

También recuerda que los rayos ultravioleta se reflejan en superficies como el agua, la nieve o la arena, por lo que si se está a la sobra igual se puede estar expuesto a sus efectos.