Los mausoleos de Tombuctú, donde la población local lleva siglos venerando las tumbas de santones y líderes locales,
están siendo salvajemente destruidos al grito de «Alá es grande». Esta
es la respuesta de los radicales islámicos a la inclusión por parte de
la Unesco el pasado jueves de esta mítica ciudad del norte de Malí en la
lista de Patrimonio Mundial en Peligro. Tombuctú, conocida como la ciudad de los 333 santos, lleva desde marzo en manos de grupos yihadistas como Ansar Dine.
Músicos animan a los trabajadores que restauran una mezquita de Tombuctú en 2006
«He
visto desde las seis de la mañana cómo atacaban (los mausoleos) los
lugares donde se reza a los santones en los cementerios. Pero no
atacaron a los muertos ni las mezquitas», relató el sábado a ABC un
vecino de Tombuctú. Insitió en que «esas habitaciones donde se encuentran los morabitos son símbolos para la población».
Los que han llevado a cabo los ataques «eran miembros de Ansar Dine»,
un grupo radical islámico, añadió el mismo vecino a través del teléfono.
Otros
testimonios de testigos llegados a través de agencias de información
hablan de yihadistas armados rodeando con sus vehículos todoterreno los
cementerios y destruyendo a golpe de picos y azadas los mausoleos sin
que la población pudiera hacer nada por impedirlo. «El mausoleo ya no
existe y el cementerio ha quedado arrasado como un terreno de fútbol»,
dijo el profesor Abdoulaye Boulahia a la agencia Reuters refiriéndose a
uno de los lugares saqueados. «Todo parece una reacción a la decisión de la Unesco», comentó el parlamentario local Sandy Haidara.
A
media tarde del sábado habían caído ya ante la furia radical islamista
los mausoleos de Sidi Mahmud -que ya había sido atacado en mayo- el de
Sidi Moctar y el de Alpha Moya, según la agencia France Presse. «Han
dicho que seguirán hasta destruir los 16 mausoleos», añadió el
periodista local Yeya Tandina en declaraciones a Reuters. Y así lo
corroboraban los propios yihadistas. «Ansar Dine va a destruir hoy (por el sábado) todos los mausoleos de la ciudad. Todos los mausoleos sin excepción», declaró Sanda Ould Boumama, portavoz de Ansar Dine, a France Presse.
«¿Qués es la Unesco?», pregunta en tono despectivo un miembro de Ansar Dine antes de tratar de justificar el derribo de los mausoleos. «No hay más que un dios. Todo esto es "haram" (lo prohibido por el Islam)», informa France Presse.
Miembros de Ansar Dine y el Movimiento para la Unidad y la Yihad en el Oeste de África (Mujao),
primos de la banda terrorista Al Qaida del Magreb Islámico (AQMI), se
han hecho fuertes en Tombuctú, Patrimonio Mundial desde 1988,
desplazando primero al Ejército maliense y después a los
independentistas tuareg que en un principio les sirvieron de aliados.
Tratan de imponer la «sharía» (ley islámica)
y, en esa interpretación radical y no compartida por la mayoría del
Islam, consideran que los mausoleos son incompatibles con la vida del
buen musulmán, que no puede idolatrar a los santones.
Mezquitas
como la de Djingareyber, Sankoré y Sidi Yahia, magníficos ejemplos de
la arquitectura en Adobe, o los 16 cementerios y mausoleos que alberga
la ciudad «son esenciales para la preservación de la identidad del pueblo de Malí y de nuestro patrimonio universal», dijo hace algunas semanas la directora general de la Unesco, Irina Bokova.
Tombuctú
cuenta, además, con riquísimos fondos de manuscritos que guardan buena
parte de la historia de África desde la Edad Media. Esos legajos, que
también estos corren serio peligro, relatan la expansión del Islam por
el continente. Bajo la actual situación de inseguridad, pueden ser
«robados y enviados al exterior por traficantes sin escrúpulos», añadió
la Unesco esta misma semana.
Recuerda,
además, que la Convención de 1954 para la protección de los bienes
culturales exige en caso de un conflicto armado como el que vive Malí
estos días que las partes enfrentadas salvaguarden el patrimonio.