Moscú y
Pekín han acordado incrementar los suministros de los servidores y los
sistemas de almacenamiento chinos a Rusia y de software ruso a China.
Así lo ha comunicado mediante un tuit el ministro de Comunicaciones
ruso, Nikolái Nikíforov.
Este lunes el funcionario sostuvo una
reunión con el titular de Industria y Tecnologías Informáticas chino,
Miao Wei. Las partes buscaron reducir la dependencia que tienen ambas de
los accesorios de fabricación estadounidense, que copan las redes de
suministro estatales de los dos países, e incrementar el comercio
bilateral en telecomunicaciones y alta tecnología.
Nikíforov
destacó también en Twitter que él y su par chino abogan por un estilo
transparente y multilateral de administrar los componentes vulnerables
de la infraestructura de Internet. En este sentido, China está decidida a
dejar de comprar los servidores de alta productividad de IBM, tal y
como informó recientemente la agencia Bloomberg.
El Gobierno
chino sospecha que, por medio de esos aparatos, los servicios especiales
de EE.UU. espían la industria del país asiático. A principios de año la
empresa china Lenovo anunció sus planes de adquirir del gigante
estadounidense IBM su subdivisión de servidores a base de la
arquitectura de procesadores x86 por 2.300 millones de dólares.
En
el mercado ruso los líderes del segmento de servidores de alta
productividad desde hace años son las compañías estadounidenses
Hewlett-Packard e IBM. Todavía no ha aparecido ninguna oferta
alternativa china, asegura Serguéi Eskin, director general de una de las
empresas del sector, Depo Computers.
Sin embargo, el país
asiático suministra a Rusia algunos equipos para las comunicaciones.
Así, a comienzos de junio una de las tres mayores operadoras de
telefonía de Rusia, Megafon, firmó con el gigante chino Huawei un
contrato multimillonario sobre el suministro del equipo necesario para
las redes 2G, 3G y LTE. El contrato supone una colaboración de siete
años. La misma empresa china fue elegida por la operadora estatal
Rostelekom para tender conjuntamente cable submarino de fibra óptica
entre la isla de Sajalín, el puerto de Magadán y la península de
Kamchatka, en el Extremo Oriente ruso.
El establecimiento de
contactos entre Pekín y Moscú a nivel ministerial puede ser provechoso
para desarrolladores de software rusos mundialmente conocidos como el
Laboratorio Kaspersky, informa Vedomosti.
Desde este agosto el
Gobierno chino se abstiene de comprar productos informáticos a empresas
extranjeras para evitar el espionaje y el robo de datos, y solo admite
los suministradores locales. Pero a uno de ellos, la compañía Venustech,
se le permitió aprovechar la plataforma antivirus de Kaspersky. Los
programadores rusos esperan que haya más excepciones después de esta
nueva ronda de negociaciones.
Muchos desarrolladores rusos, entre
ellos I-Free, Abbyy, Spirit y TsRT, ya trabajan con China fuera del
sector de la protección de datos. "Todas las empresas quieren ir a
China", afirma el presidente de la asociación de los desarrolladores,
Valentín Makárov. Ante todo, dice, es provechoso cooperar con los
fabricantes chinos de dispositivos como servidores, teléfonos
inteligentes y distintos tipos de computadoras. Pero hay también riesgos
serios, como el de la pérdida de los derechos de autor, y para
superarlos es preciso hacerse con el respaldo de las autoridades chinas.