La Guerra en Siria afecta de manera escalofriante a niños que mueren y resultan mutilados tanto por las balas como por la ausencia de asistencia médica, según un reciente informe que detalla el colapso del sistema de atención medica en el país.
En los tres últimos años, a partir del inicio del conflicto interno, Siria pasó de ser un país con ingresos medios y un sistema de asistencia sanitaria acorde, a ser un país con un sistema de salud prácticamente colapsado, causante de la muerte o el sufrimiento de miles de niños debido a prácticas brutales. Esto según el último reporte de la organización internacional no gubernamental Save the Children, emitido este lunes.
Por lo menos 1,2 millones de niños sirios se encuentran refugiados en otros países, mientras otros 4,3 millones se encuentran en condiciones de necesidad de asistencia humanitaria, afirma el informe citando información de Unicef. "Los niños han presenciado y experimentado la violencia extrema, y más de 10.000 muertes infantiles son el resultado directo" agregan los autores.
"La mayoría de niños que llega a las entidades médicas sufren de lesiones que tienen que ver con la crisis, pero las clínicas ya no tienen ni personal, ni equipos ni condiciones sanitarias para tratarlos", dice el informe. Varios miles de niños murieron por no tener acceso al tratamiento de enfermedades crónicas que amenazan la vida, tales como cáncer, epilepsia, asma, diabetes, hipertensión arterial e insuficiencia renal, afirman.
Más del 60% de los hospitales y el 38% de los centros de atención primaria de salud en Siria han sido destruidos o estropeados. La producción de medicamentos cayó en un 70% y la mitad de los doctores sirios huyeron del país. Por ejemplo, en la ciudad de Alepo de 2.500 doctores que había tan solo quedan 36, afirma el reporte.
Entre las secuelas más brutales del conflicto militar en Siria, la organización benéfica nombra los casos de amputaciones de miembros de los niños por no tener en las clínicas los equipos necesarios para tratarlos. Las muertes de los recién nacidos en sus incubadoras por los cortes de electricidad. En algunos casos los pacientes optan por ser 'noqueados' con barras de metal por no tener anestesia, a veces los padres conectan solos a sus hijos a los sistema de infusión endovenosa al no encontrar personal médico en los hospitales.
Pero una de las consecuencias aún más amenazantes es la muy probable posibilidad de epidemias de algunas enfermedades extremadamente peligrosas, como la poliomielitis. Un año después del inicio del conflicto, la cobertura de vacunación cayó hasta el 68%, provocando el crecimiento de enfermedades como la meningitis o la poliomielitis que prácticamente habían sido vencidas antes del inicio de la guerra. En el caso de la poliomielitis el número de niños enfermos ya alcanzó 80.000, una cifra por sí misma espantosa que al mismo tiempo provoca la preocupación de una posible expansión de la enfermedad a otros países.
Por lo menos 1,2 millones de niños sirios se encuentran refugiados en otros países, mientras otros 4,3 millones se encuentran en condiciones de necesidad de asistencia humanitaria, afirma el informe citando información de Unicef. "Los niños han presenciado y experimentado la violencia extrema, y más de 10.000 muertes infantiles son el resultado directo" agregan los autores.
"La mayoría de niños que llega a las entidades médicas sufren de lesiones que tienen que ver con la crisis, pero las clínicas ya no tienen ni personal, ni equipos ni condiciones sanitarias para tratarlos", dice el informe. Varios miles de niños murieron por no tener acceso al tratamiento de enfermedades crónicas que amenazan la vida, tales como cáncer, epilepsia, asma, diabetes, hipertensión arterial e insuficiencia renal, afirman.
Más del 60% de los hospitales y el 38% de los centros de atención primaria de salud en Siria han sido destruidos o estropeados. La producción de medicamentos cayó en un 70% y la mitad de los doctores sirios huyeron del país. Por ejemplo, en la ciudad de Alepo de 2.500 doctores que había tan solo quedan 36, afirma el reporte.
Entre las secuelas más brutales del conflicto militar en Siria, la organización benéfica nombra los casos de amputaciones de miembros de los niños por no tener en las clínicas los equipos necesarios para tratarlos. Las muertes de los recién nacidos en sus incubadoras por los cortes de electricidad. En algunos casos los pacientes optan por ser 'noqueados' con barras de metal por no tener anestesia, a veces los padres conectan solos a sus hijos a los sistema de infusión endovenosa al no encontrar personal médico en los hospitales.
Pero una de las consecuencias aún más amenazantes es la muy probable posibilidad de epidemias de algunas enfermedades extremadamente peligrosas, como la poliomielitis. Un año después del inicio del conflicto, la cobertura de vacunación cayó hasta el 68%, provocando el crecimiento de enfermedades como la meningitis o la poliomielitis que prácticamente habían sido vencidas antes del inicio de la guerra. En el caso de la poliomielitis el número de niños enfermos ya alcanzó 80.000, una cifra por sí misma espantosa que al mismo tiempo provoca la preocupación de una posible expansión de la enfermedad a otros países.