La
fotógrafa neoyorquina Sally Davies empezó hace dos años su particular
proyecto para descubrir lo que ocurre con la comida basura a lo largo
del tiempo. El resultado está a la vista de todos. Tras dos años de
fotografía el «Happy Meal» de McDonald’s este no se deteriora nunca.
Sally Davies cuelga en internet las imágenes que toma, casi diariamente,
de una hamburguesa que compró en 2010 en la cadena de comida rápida y
que, pese al paso del tiempo, se conserva sin problemas.
Un estudio de 730 días
«Me
cuesta creer que han pasado dos años desde el día en que la compré. Yo
parezco dos años mayor, pero para la hamburguesa no pasa el tiempo», ha explicado la fotógrafa,
que inició su particular experimento fotográfico el 10 de abril de
2010, cuando adquirió un menú infantil en un establecimiento de la
cadena McDonald's.
Desde aquel día, Davies ha fotografiado
repetidamente los componentes del menú -la hamburguesa, con su bollo de
pan, y las patatas fritas- para comprobar la reacción al paso del
tiempo de los alimentos y respaldar su opinión de que no se trata de
productos beneficiosos para la salud.
«Continuaré fotografiando la hamburguesa hasta que se desintegre,
lo que puede llevarme el resto de mi vida natural», ha explicado la
artista, quien ha constatado cómo en los 730 días que lleva dedicada a fotografiar ese ejemplo de comida rápida muy poco ha cambiado en los componentes del menú infantil.
«Continuaré fotografiando la hamburguesa hasta que se desintegre»
Hasta ahora, lo único que se ha modificado más es el pan que se ha secado y partido en dos en alguna parte, mientras que la carne de la hamburguesa,
tras los primeros días, quedó «como una piedra» y se encogió un poco, y
las patatas fritas tienen casi el mismo aspecto. Davies defiende así
que los alimentos han experimentado cierta deshidratación pero no han
iniciado ningún proceso de putrefacción,
lo que indica las pocas cualidades nutricionales que puede tener «un
alimento que no se pudre ni se corrompe con el paso del tiempo».